19 jul 2016

La evolución de los delfinarios

Del mismo modo que los zoológicos han ido evolucionando también lo han hecho los delfinarios. Marineland Florida, localizado en San Agustín, fue el primer acuario del mundo abierto el 23 de junio de 1938 cuya principal atracción era un delfín mular (primer ejemplar cautivo de esta especie). Al principio, Marineland Florida (o "Marine Studios" como nombre inicial) se iba a construir para la grabación de la vida marina pero dado su éxito la idea de zoológicos que albergaran vida marina comenzó a expandirse y con la serie "Flipper" comenzaría el boom de los delfinarios.

Marineland Florida

Los delfinarios ya no son lo que eran en un comienzo o por lo menos una gran mayoría han cambiado. En sus inicios los delfinarios eran como un circo marino. Los espectáculos que se ofrecían al público eran de todo menos educativos y las instalaciones en las que vivían los animales no ayudaban en nada al bienestar animal: piscinas pequeñas, mala calidad de agua, alimento poco variado y de poca calidad... los escasos conocimientos sobre la vida de los delfines en libertad hacía de su vida en cautividad un infierno.

Por suerte la situación ha ido cambiando. Hoy en día se sabe que los delfines en libertad no comen solo "sardinas" y por lo tanto en cautividad se les ofrece variedad de pescados en cantidades que dependen del ejemplar (edad, peso, sexo...) y de la estación del año (pescados más grasos en invierno y menos grasos en verano...), se sabe que son animales que se relacionan mucho con su entorno y por lo tanto se ofrece enriquecimiento ambiental a los animales (juguetes) o incluso algunos delfinarios disponen de instalaciones naturalizadas con rocas, algas, arena, etc.

Así era el delfinario de Harderwijk (Holanda)

Así es ahora el delfinario de Harderwijk (Holanda)
Las exhibiciones también han cambiado. Cada vez son más los parques que en sus exhibiciones incluyen mensajes sobre la necesidad de cuidar la naturaleza o incluso ofrecen actividades de interacción en las cuales los visitantes permanecen muy cerca de los animales y así se trata de que la gente salga del parque habiendo conocido un poco más a los delfines y por lo tanto tenga más ganas de protegerlos.

Aunque hoy en día muchos animalistas digan que los delfinarios no dejan de ser un circo marino en el que se maltrata a los animales lo cierto es que la calidad de vida de los delfines en cautividad ha mejorado mucho en estos más de 50 años de existencia que tienen ya estos centros hasta tal punto que hoy en día los delfines cautivos alcanzan una longevidad mayor que en libertad (algunos llegan a vivir hasta el doble que en libertad) y la imagen que los propios parques intentan dar también ha cambiado.

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